Qué es el radón

El radón es un gas radiactivo natural que proviene de la descomposición del uranio presente en el suelo y las rocas. Es incoloro, inodoro e insípido, lo que lo hace difícil de detectar sin un equipo especializado. 

Este gas puede filtrarse a través del suelo y acumularse en espacios cerrados como viviendas, oficinas y centros de trabajo, representando un riesgo para la salud.

¿Por qué es peligroso?

¿Dónde es más común encontrar radón?

El radón se encuentra con mayor frecuencia en edificios situados en zonas con altas concentraciones de este gas en el suelo.
En España, la normativa identifica las «zonas de actuación prioritaria», donde es más probable que los niveles de radón superen los límites establecidos. ​
Esto incluye lugares como plantas bajas y subterráneas en determinados municipios. Es especialmente común en regiones con suelos ricos en Radio y suelos muy fracturados.

Normativa y límites establecidos

En España, el nivel de referencia establecido por la normativa vigente es de 300 Bq/m³ de concentración media anual de radón en el aire en espacios cerrados. Este nivel de referencia está alineado con las recomendaciones de la Unión Europea y de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud.

La normativa vigente sobre el radón se basa en directivas europeas y leyes nacionales que regulan tanto la medición de radón como las acciones que se deben tomar para protegerse de sus efectos.

¿Cómo se mide el radón?

La medición de radón se realiza mediante dispositivos especializados que miden la concentración del gas en el aire. Para obtener resultados precisos, se recomienda una medición a largo plazo (mínimo 3 meses). En lugares de trabajo subterraneos como túneles, mines, etc. se realizaran 4 mediciones de 3 meses, para abarcar un año completo.

¿Qué hacer si los niveles de radón son elevados?

Si se detectan niveles altos de radón en una vivienda o lugar de trabajo, es necesario tomar medidas para reducir su concentración. Entre las soluciones más comunes están la mejora de la ventilación del edificio, sellar fisuras y grietas en suelos y paredes, o instalar sistemas de despresurización que eviten la entrada de radón. En el caso de empresas, es crucial contar con un plan de prevención para proteger la salud de los empleados.

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